sábado, 12 de mayo de 2012

BACK TO BASICS



"Los ejercicios de estiramiento están claramente delimitados a las tendencias apuntadas por Anderson y Sölveborn. Estos autores, entre otros, limitaron la flexibilidad a unos cuántos ejercicios sin pensar que realmente cualquier ejercicio o movimiento deportivo requiere una determinada ADM, enmarcada dentro de las posibilidades de movilización en función de las propiedades de los tejidos y las bases neurofisiológicas".

Con esta reflexión de mi admirado Gerard Morás inicio esta segunda entrada, porque es algo que está muy en boga últimamente. ¿Somos esclavos de nuestras programaciones? ¿Supeditamos el éxito a un determinado material o ejercicio? ¿Realmente, adaptamos el entrenamiento a los niveles de nuestros clientes?

Está claro que debemos partir de algo para trabajar, estructurar nuestro entrenamiento de la forma más coherente posible para alcanzar los objetivos propuestos por nuestros clientes, pero, ¿realmente la adaptamos?

Leyendo el artículo de Mike Boyle: “Deadlift or Squat: what´s the diff?”, sale de nuevo la cuestión al ruedo, ¿qué diferencia una sentadilla de un peso muerto? ¿porqué los introducimos en el entrenamiento? Antes de leer el artículo decía que claramente el squat sería un expone claro de un ejercicio knee dominant, y el peso muerto a su vez, un ejercicio catalogado como hip dominant. Pero vuelven los matices, ¿es así para todo el mundo? Y de repente surge de nuevo esa inquietud: ¡hay que volver a lo básico!

El problema radica en que hemos “olvidado” las bases científicas que sustentan el ejercicio, nos hemos “vendido” a una serie de metodologías, materiales o ejercicios como si fueran la panacea, cuando, realmente, son sólo un instrumento que nos conduce al éxito, un éxito que debe sustentarse en los principios biomecánicos, anatómicos y neurofisiológicos que rigen el movimiento.

Muchas veces planteamos entrenamientos con el convencimiento de que son los necesarios para nuestros clientes, cuando en realidad no sopesamos si ese estímulo es adecuado para el estado en el que se encuentra el sujeto, qué cambios habremos provocado en su homeostasis, si su estructura tolerará tal carga o si sus restricciones le permitirán ejecutar de la manera deseada. ¿Realmente crees que tu cuerpo sabe que estás trabajando con una TRX o ejecutando un bulgarian Split squat?

Pepe Conde lanzó la siguiente reflexión hace unos días: “Para ser un buen entrenador se debe aprender a ser un buen diseñador de estímulos. Saber diseñar el estímulo justo que necesita ese organismo”. Que acertado estuvo a mi parecer. La importancia de saber calibrar (gracias por el matiz Isaac Fernández) esos estímulos es la clave para el éxito del entrenamiento. De nuevo una frase pasa por mi cabeza: “lo esencial es invisible a los ojos” (El Principito,  Antoine de Saint-Exupéry), lo que nos queda por aprender de los grandes clásicos…

Y en esas me veo, en retomar todos aquellos libros que tenía olvidados, en revisar palancas, fuerzas, conceptos anatómicos, etc. He pasado a ser un incompetente consciente de su propia incompetencia, pero sin duda, ese es el camino hacia el progreso, ¡allí nos vemos!

Que la Fuerza os acompañe

Pablo Roig Fernández

Referencias:

Boyle, M. (2012). Deadlift or squat: What's the diff? Recuperado de T-Nation el 5 de Mayo de 2012.

Moras, G. (2011). "Optimización de la movilidad articular en los deportes colectivos" Apuntes Máster alto rendimiento en deportes colectivos. Byomedic. Barcelona.



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